En memorias de la humildad
En la impartición de un curso ameritaba la aurora una rica taza con café,
me observaba una de las asistentes y mi curiosidad la sorprendió con la mirada y de dije:
¿Qué es lo que no comprendes de mí?.
Ella muy segura de sí misma exclamo:
¿Porque vistes tan simple?
Sin duda alguna respondí:
Entre que te despiertas y te acuestas,
sucede muchas cosas bellas, y a cada segundo la vida se va consumando y por ello visto primero mi rostro con una sonrisa,
mi cuerpo con una capa de valentía y sencillez,
calzo los zapatos de los demás para nunca juzgarte,
y si sobra tiempo busco un pantalón y una playera.
Ella solo soltó la respiración y fue a cambiarse los tacones por calzado cómodo y me dice:
Ahora si volvamos a empezar,
no daré mi título sino mi nombre.
La mañana se hizo un campo de sonrisas y de buenos saludos.
JetSat
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