En cronos y albea





Sentada bajo la historia inmaculada del zacate, en nubes y polvos mezclados en el ciel,tu mirada teniente observa el reloj, no era sencilla la espera más sin embargo la ciudad opto por mostrarle los detalles. Pasado el convenio de aquel libro que robo mi atención deprisa me acercaba a ti y sin darme cuenta el tiempo y el silencio se encapsulan para darme una gran sorpresa: estabas esperando el encuentro.
Comenzamos  a caminar al son de la tarde rumbo a la estancia de los griegos donde el cabello no dejaba de jugar con el viento y con la incógnita del rostro.Llegamos al destino indefinido y en una selección de vino de casa en copas el ocaso hacía del reloj un escape perfecto para una charla de utopías y prefacios, de locuras en sistemas y párrafos de viejos sabios. Estaba en mis manos un manojo de versos como aves en jaula y en un respiro los lanzo al silencio:
En la cúpula de tu piel yace el vino oporto
en dosis de invierno se pasea
por el cielo por el sol te exhorto
aquello endulzado en tiempo y albea.
Era inevitable poder robar la esencia que se asomaba entre tus cejas y el cuello,una meseta figuraba en tus pechos y un chiste convexo asigna al zipper cerrarlos no con la intensión de ocultarlos sino para que la noche no hiciera de la luna una copa de incienso.
Mi alma en carreta se iba desplazando  en cada vena y en mi discreción la sigo para ver guardar el otoño en el invierno de tu cuerpo. No era frío el paseo pero descubrí  la ruta del vino tinto dejando en su paso como río en creciente la muestra de algo tan exquisito y bello: el bálsamo de tu piel.
Para no salir del recorrido tome una revancha de tinto fue de esa manera como alcance la atención de tu sonrisa, hacíamos el amor sin tocarnos ni darnos cuenta.No había nada que cuestionar solo el permiso de aquellas manecillas de Cronos para seguir describiendo aquello vivido… 

Octubre 2018
Av. Hidalgo,Zacatecas,Zac.

JetSat

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